jueves, 20 de mayo de 2010

¡Andate a tu población!

A veces la desesperación de ver que nuestros alumnos parecen no querer cambiar sus actitudes negativas nos lleva a decir cosas de las que quizás después nos arrepentimos. Eso es lo único que podría justificar el episodio que voy a relatar, sucedido esta semana en mi querido-odiado liceo de Puente Alto.

Hace algo menos de un mes la dirección del colegio decidió que los inspectores, figuras siempre temidas en los colegios, entraran a las clases de matemáticas y lenguaje en los segundos medios. La razón:los nulos resultados de un ensayo Simce: 5% de aprobación en lenguaje y 0% en matemáticas.

Las clases se convirtieron en una taza de leche y algunos alumnos, de puro asustados, tomaron por primera vez un cuaderno para trabajar.

Sin embargo, en los últimos días ha habido problemas. El curso del cual soy profesora jefa, que es del grupo de los ordenados, empezó a tener conflicto con el inspector que le asignaron. Y la guinda de la torta ocurrió cuando este inspector le dijo a un alumno que se pusiera de pie, a lo que el chiquillo le contestó "Calmaaao!" El inspector lo miró con furia y le dijo: ¿Crees que estás hablando con los de tu población?"

La cosa no terminó ahí, pero la frase encendió tanto los ánimos que al otro día aun seguían hablando del tema. Y me interrumpieron una clase para contarme la historia.

Si alguien me hubiese dicho algo así cuando era alumna, me enveneno de pura rabia. Por eso no se muy bien qué pensar sobre el episodio. ¿Cuál es el límite que tenemos profesores y administrativos de un colegio para conseguir "enrielar" a nuestros alumnos? ¿Está bien que alguien encargado de la formación de adolescentes diga cosas como éstas, que no hacen más que revelar el desprecio que siente por las condiciones de vida de los cabros?

Sigo pensando y no llego a nada.

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